Egresados de Contabilidad y Auditoría celebraron 30 años de amistad y de ingreso a la universidad

Somos amigos de la vida”, dicen estos tres exitosos profesionales, Francisco Carrasco, Myriam Fernández y Roberto Carrasco quienes contaron su experiencia universitaria como representantes de la generación del año 92.

Myriam Fernández ingresó a la carrera Contador Público y Auditor a los 16 años, eso fue algo que la marco a ella y a sus compañeros ya que era la más chica y a veces no podía ir a algunas actividades porque era menor de edad.   Actualmente es Gerente de Compliance para Bank of América para Latinoamérica, excepto Brasil y México, tiene un diplomado en Gestión de Riesgos y Gobierno corporativo, otro en liderazgo para mujeres ejecutivas en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, y recientemente terminó un Magíster en Administración de Negocios, con una pasantía en el Instituto de Directores en Londres.  Además de todo lo que hace, dedica la mayor parte de su tiempo a temas de   mentoría, “es mi forma de alguna manera de devolver la mano a personas que están recién partiendo” señala.  Son mentorías   con emprendedoras   y otras que están dirigidas a estudiantes entre tercero y cuarto medio, con una orientación vocacional, un proyecto en conjunto de Bank of América con Fundación Belén Educa, donde cuenta que ha tenido lindas experiencias con niños y niñas de colegios vulnerables.

“Nuestro rol es incentivarlos a que vayan a la Universidad, que sigan estudios superiores y que no vayan por la tentación de mejor empiezo a trabajar para ayudar a mi familia”, una disyuntiva que dice, en su momento, si no hubiese contado con el empuje de su familia, quizás también hubiese tenido.  

Por este motivo su ingreso a la carrera Contador Público y Auditor dice “fue la puerta de entrada a mi futuro”, porque a pesar de que estudió en un colegio subvencionado que le dio herramientas y fomentaba los estudios superiores, sin el ingreso a la Universidad y a la carrera que eligió, todo lo que ha realizado hasta ahora no existiría.

A diferencia de Myriam, Francisco Carrasco, entró con 21 años a la universidad, tenía una experiencia universitaria previa, pero se dio cuenta que no era lo suyo e ingresó a la carrera contable. Más tarde prosiguió estudios de Ingeniería Comercial con un postítulo en Auditoría de Gestión, ambos en la Universidad de Santiago de Chile y actualmente está terminando un Magíster de Políticas Públicas que comenzó en pandemia.

Lleva más de 20 años en el sector público y actualmente se desempeña en el Ministerio de Hacienda en la dirección de presupuestos. Hace 4 años es profesor de Finanzas Públicas de la carrera Contador Auditor vespertino en la Universidad de Santiago de Chile, una experiencia que dice ha sido muy buena, sobre todo este año académico, ya que con la presencialidad ha podido conocer a sus estudiantes, “porque antes sólo era pantallas negras, y volver presencial fue bueno, para poder interactuar con ellos en la sala y poder conversar todos los temas en clase” señala.

Otro compañero de Francisco y de Myriam es Roberto Carrasco, quien comenzó a estudiar en los años 90  la carrera de Ingeniería, pero dice que no le gusto, así que dio la prueba nuevamente y quedo en contabilidad. Durante tres años estuvo en el diurno y en su tercer año se cambió al vespertino ya que trabajaba y estudiaba al mismo tiempo.

Comenzó como estudiante a trabajar en PWC, una experiencia que cuenta “fue como hacer el servicio militar”, pero que al final tendría sus frutos, ya que más tarde lo contrataron y eso le ayudó a costearse sus estudios de la carrera.  Después trabajó en el Banco Edwards, de ahí al Banco de Chile donde comenzó hacer carrera en diferentes áreas y departamentos, prosiguió estudios en Ingeniería Comercial, un diplomado en Control de Gestión y un Master en Gestión Financiera en la Adolfo Ibáñez, actualmente tiene el cargo de Gerente de Planificación y Control de Gestión de dos compañías.  

Experiencia en la  USACH

¿Qué los motivo estudiar contabilidad y como recuerdan esa época universitaria?

Myriam dice que en el colegio le iba muy bien  ”con los números” por eso le aconsejaron que ésta era una buena carrera para ella. En esa época y por inexperiencia dice, sólo postuló a dos opciones, quedando en la Universidad de Santiago de Chile. Su motivación fueron sus notas y porque “no era una carrera cara de estudiar, tampoco había que comprar materiales” y eso era bueno y asequible para sus padres.

Para Francisco que estudió en el Seminario Pontificio Menor, su motivación fueron las matemáticas y porque la universidad le ofrecía campos deportivos, actividades culturales, y había una diversidad de gente.   Como era el único que viajaba en auto, comenta que pudo conocer Santiago, ya que le tocaba ir a dejar a compañeros a varias partes y eso fue una experiencia enriquecedora.

En esa época recuerda, se realizaban muchas actividades en que se podía participar durante el tiempo libre, pero también en lo personal lo llevó a desarrollar otras actitudes, como ser parte del centro de alumnos.  “Ahí empecé a dar los primeros pasos en el tema del centro de alumnos, siendo presidente de la carrera por dos años, estuve en la federación FEUSACH y todo esto fue una experiencia bien interesante” señala.

En el caso de Roberto, estos territorios de la universidad eran como su barrio ya que vivía entre Quinta Normal y Maipú.  Dice que después de terminar sus estudios en el Instituto Zambrano, (colegio que cerró en Estación Central más tarde por falta de alumnos), entró a Ingeniería en minas. Un día en plena visita en terreno en los cerros de Lampa, mientras le daban instrucciones dentro de la mina y estudiaba ingeniería, se dio cuenta que ésta no era su vocación, “ahí dije, yo no quiero trabajar en esto, yo quiero trabajar en un banco”, así que rindió la prueba nuevamente y entró a Contabilidad en la universidad.

De esos tiempos recuerda que la carrera era súper diversa, donde se generaba ese efecto de universalidad, donde se podía compartir o interactuar con distintas personas de distintos lados, distintos orígenes y de tú a tú, “teníamos compañeros que vivían en la Legua, compañeros   que vivían en Maipú, había diversidad que creo que es súper positivo, no se sesgaba y eso fue valioso” dice.

Aunque actualmente no se fue por el área de la contabilidad y tributaria, reconoce que la carrera es muy potente en la universidad, ya que tiene compañeros de su generación, que les va muy bien en el rubro gracias a la buena base que tuvieron. Comenta que fue una época en que los profesores marcaban un montón, donde en sus clases escuchaban a Maturana y viene a su memoria el recuerdo de profesores como Varas y Santaella.

En este mismo sentido, Myriam hace mención a una época en que la universidad privada a diferencia de hoy, no era lo mismo que una universidad tradicional. “Si tenías buenas notas sólo podías aspirar a una universidad tradicional”.

También destaca lo maravilloso del campus y sus áreas verdes, donde uno se puede trasladar caminando de un lugar a otro, un privilegio que no tienen otras universidades señala.

Anécdotas

Hay muchas anécdotas que se pueden contar, pero las que más recuerdan fue en una ocasión donde junto al profesor Cerda participaron en una actividad en el Aula Magna. En esa oportunidad el profesor los alentó a gritar reiteradas veces “Viva, viva, viva la USACH”, una situación que fue muy graciosa.

También viene el recuerdo de la inolvidable experiencia del cachorreo, donde estos tres estudiantes no se salvaron del teñido de pelo, pedir plata en plena Alameda y  la horrorosa experiencia de besar una cabeza de chancho.

Francisco también recuerda su viaje a Paraguay  realizado por el Centro de alumnos de la carrera, gestión que realizó la profesora Norma Peralta, quien los preparó para exponer en un encuentro de estudiantes del Mercosur. En otra ocasión, junto a otro grupo en el que se incluía Myriam, también fueron a México por un intercambio con el Instituto Politécnico Nacional de México.  En lo personal dice Myriam, “fue una experiencia muy bonita, mi primer viaje en avión de la vida fue ese viaje a México, una experiencia inolvidable”.

De los profesores de la época recuerdan  las clases de la profesora Silvia Ferrada, quien los  desafiaba  a experimentar, “era un dolor de guata entrar a sus clases” dice Myriam,  pero al final el aprendizaje de ese ramo en particular fue uno de los más inolvidables,  “porque cuando alguien es suavecito y si te equivocaste te lo deja pasar, y ni siquiera te corrige…” un silencio y agrega,  “en cambio ella te hacia salir adelante, te exigía, era un challenge  permanente y eso se agradece, porque después en el campo laboral nadie te va a tratar con plumas” señala.

¿Cuáles son los desafíos de estudiar en contabilidad hoy en día?

Es una carrera que permite diversificarse y no te encasilla sólo en un área dice Francisco.

“Se puede hacer una carrera profesional interesante con el empeño de cada uno, más que el título se debe esforzar y ser empeñoso, a quien le gusta la pega y hace bien su trabajo, le va ir bien en la vida, ese es el desafío”.

Myriam por su parte  dice que lo importante es no encasillarse, ya que la carrera te da una plataforma sumamente amplia, “Yo trabajo en el área de compliance, cuando terminé la carrera nunca había escuchado esa palabra”,  uno de los consejos claves señala es no dejar nunca de estudiar, “si alguien es profesional termina una carrera y cree que esa es la meta, se equivoca”  y agrega,  “ojo  con el síndrome de la princesa, de que tú estás en tu casa y va a venir alguien y te va a coronar, o te va a tocar con una varita, las oportunidades uno tiene que salir a buscarlas, uno tiene que prepararse para cuando esa oportunidad este ahí, para que tú seas la  persona, porque seguiste, estudiaste, porque estás preparado”

Roberto, concuerda con Myriam y Francisco, pero dice que el desafío está ligado a la tecnología más que la técnica y que los alumnos deben poder desarrollar.  Actualmente dice que las empresas están buscando profesionales que sean flexibles y que se adapten a las compañías y el ámbito tecnológico sería una de ellas.  Son muchos los desafíos   comenta, “incluso hoy se pide a gente que llegue programando, que sepa SQL, etcétera. En eso hay un desafío no sólo para los estudiantes, sino que también de la universidad de poder estar súper actualizados respecto a los contenidos que se le está entregando a los alumnos”

Una Amistad de 30 años

La generación 92, tienen una historia de 30 años en común, desde que egresaron de la carrera, se reencuentran cada 5 años, y cada 10 años tienen una gran celebración. Sus teléfonos están conectados permanentemente con más de 50 compañeros a través de WhatsApp y siempre han estado ahí cuando alguno lo ha necesitado. 

Este año 2022 a pesar de la pandemia, no quisieron estar ausentes para celebrar los 30 de su generación, por esta razón, lo celebraron a lo grande con una fiesta que duró hasta la madrugada.

“Me gustaría decir y creo que interpreto a Francisco y Roberto y a muchos de nuestros compañeros, es que nosotros, además de sacar un título profesional en esta carrera, ganamos amigos, amigos, de verdad para toda la vida” señala Myriam.

 

¿Qué les gustaría decir a las futuras generaciones sobre la carrera y a la universidad?

 

Myriam Fernández

La Facultad de Administración y Economía de la USACH fue la puerta de entrada a mi futuro, 30 años después recuerdo con cariño todo el aprendizaje y las experiencias, sin duda forman parte del bagaje académico que llevo conmigo hasta hoy. Adicionalmente, me regaló amigos para toda la vida, un motivo más de gratitud para tiempos y lugares inolvidables. 

Yo diría “gracias a la FAE –USACH  que me ha dado tanto”

Francisco Carrasco

Cuando ingresé el año 1992 a la carrera, tuve una experiencia universitaria maravillosa siendo presidente del Centro de Alumnos y representando a mi facultad en un encuentro de estudiantes del Mercosur (Paraguay) e iniciamos un intercambio estudiantil con el Instituto Politécnico Nacional de México. Mantengo grandes amistades con mis compañeros(as) hasta el día de hoy, y cada cinco años nos juntamos a celebrar nuestro ingreso.

Roberto Carrasco

Aprovechen al máximo la oportunidad de estar en una gran universidad que ha formado tremendos profesionales por más de 170 años. 

PGF.

 

Se trata de una generación que nunca ha dejado de juntarse. A pesar de la pandemia no quisieron dejar de celebrar sus 30 años de ingreso a la carrera Contador Público y Auditor en la USACH